30 enero 2017

LOS JUEGOS DE MESA....

Aprovechando que los Reyes Magos han pasado por casa hace poco, hemos traído juegos de mesa para disfrutarlos en clase,
pero.... ¿por qué son buenos los juegos de mesa?

Los juegos de mesa son juegos

Los juegos de mesa son divertidos. Eso es lo principal. 

Los juegos de mesa enriquecen la relación familiar

Los niños lo pasarán genial y trabajarán, sin ser conscientes de ello, conocimientos y habilidades educativas y emocionales integrados, además, con la familia. Los lazos que se establecen entre los compañeros de partidas cimentan el conocimiento mutuo, el respeto y el crear recuerdos comunes de experiencias gratificantes, algo importantísimo para enriquecer la relación familiar.

Los juegos de mesa enseñan matemáticas

Los juegos de mesa introducen al niño en el reconocimiento de conjuntos, pautas, aritmética básica, cálculo mental, geometría y comprensión del espacio.

Los juegos de mesa enseñan a leer

Aunque en los juegos de mesa para los niños más pequeños no es indispensable leer ni se suele tener que usar esa habilidad, si vamos a encontrar letras y palabras que, de manera natural, irán conociendo. Su natural curiosidad por un tema que están disfrutando tanto les hará querer saber más y preguntarnos sobre las palabras o nombres que aparezcan escritos. Además, al convertir al niño en un amante de los juegos de mesa, cuando vaya creciendo deseará manejar juegos de mayor complejidad.

Los juegos de mesa enseñan a ganar y a perder

En muchos juegos de mesa se compite entre los jugadores. Algunos niños se acercan a la experiencia de la victoria o la derrota con ansiedad y sufren si no consiguen ser los primeros. Otros, cuando quieren ganar, nos asombran con una actitud ferozmente competitiva y con comportamientos poco elegantes hacia los derrotados. Esto, que podemos verlo en otro tipo de juegos, puede trabajarse muy bien con los juegos de mesa pues, en ellos, unas veces ganarán y otras perderán, sin que eso reste al juego lo que más les ha aportado, el placer de estar jugando, que es mucho mayor que el de conseguir un premio o una nota más alta.

Los juegos de mesa enseñan a cooperar

Además de los juegos de mesa competitivos existen otros en los que se coopera entre los jugadores para lograr un objetivo común, lo que enseña a los niños las grandes oportunidades que nos ofrece en la vida la capacidad de trabajar en equipo y ayudarnos unos a otros. 

Los juegos de mesa enseñan a resolver problemas

Todos los juegos de mesa suponen un problema que hay que resolver y el propio juego es la resolución de ese problema. Este aprendizaje es importantísimo tanto para la vida académica y escolar como para la propia vida de una persona. Valorar la situación, comprender las reglas de actuación, manejar los propios recursos y tomar decisiones es precisamente lo que necesitamos para resolver problemas y los juegos de mesa les permiten realizar este aprendizaje por ensayo y error.

Los juegos de mesa enseñan a tomar decisiones

Una vez analizada la situación y los datos que maneja el jugador llega el momento de tomar decisiones. Hay que actuar basándose en lo que se sabe y asumir lo realizado, comprendiendo luego si las consecuencias de nuestras acciones han sido las deseadas. Pero hay que atreverse a decidir hacer una cosa u otra y además, a hacerlo por uno mismo. Los juegos de mesa, de esta manera, están trabajando en una auténtica autonomía personal, la de ser responsable de tus actos y decidirte a realizarlos con las herramientas de las que dispones. Asumir riesgos y tener autoconfianza son habilidades para la vida que los juegos de mesa les van a enseñar.

Aceptación y comprensión de las normas

Una parte importantísima en el desarrollo correcto de un juego es que todos los participantes acepten y comprendan las normas. Y en la vida vamos a descubir que las normas, si son justas y aceptadas por todos, son indispensables para las relaciones humanas, sociales y económicas. Los niños, con los juegos, comprenden su importancia y descubren que solo es posible jugar divirtiéndose si las han asumido como necesarias. Y también descubren que hacer trampas, al final, no es divertido, pues desvirtúa el juego y enfada a los amigos.Eso no quiere decir que jugar nos haga sumisos, o que jugar desaliente la sana rebeldía contra normas injustas, sino que ayuda a entender que determinadas reglas comunes que todos acepten hace la vida más sencilla y justa. 

Los juegos de mesa trabajan la memoria

La memoria es una de las capacidades y habilidades cognitivas que más se trabajan en cualquier juego de mesa. Los niños recordarán las reglas del juego, sus partidas anteriores, las enseñanzas que han hecho de sus errores y aciertos, e incluso, ejercitarán la memoria.Muchos juegos de mesa para los niños más pequeños se basan, específicamente, en la memoria y la agilidad visual, realizando un esfuerzo el jugador que es una ejercitación de estas habilidades que luego podrá trasladar a otras experiencias.



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